En nuestro mundo de burbujas individuales y sobreinformación, en el que todos llevamos un arma en el bolsillo en forma de smartphone, es importante pararse, respirar y pensar a largo plazo. El clickbait nos obsesiona y la posverdad se ha colado en la RAE en medio de un baile de flashes que nos deslumbran. Sin embargo, son las cosas de verdad las que aún tienen la capacidad de seguir emocionándonos y de fidelizarnos más allá de impulsos con fecha de caducidad.
La comunicación responsable nunca debe ser un cliché publicitario más. Es una actitud, un bien necesario e imprescindible para ser auténticos e incluso un compromiso social. Es creer en los profesionales de la comunicación, en la comunicación como forma de contar las cosas y en cuidar cómo contarlas. Por eso un líder, una empresa o una entidad que tenga la determinación de perdurar en el tiempo debe apostar siempre por la comunicación. Y dentro de ella, por una estrategia profesional y responsable.
Buscar el titular y el impacto rápido es una parte táctica esencial de nuestro trabajo, siempre que no se convierta en un fin que justifica los medios. Obsesionarse con el titular a corto plazo puede arruinar una estrategia ejemplar y una reputación trabajada. Los profesionales de la comunicación necesitamos hacer mucha pedagogía y comprometernos, porque nuestra labor tiene una parte esencial de responsabilidad social, y el esfuerzo por avanzar en la RSC y la sostenibilidad quedará cojo si no sabemos contarlo.
En Mércores Comunicación empezamos nuestro blog con esta entrada para dejar patente nuestra apuesta por la comunicación ligada a la responsabilidad social, que es a la vez la mejor estrategia para tener éxito y fidelizar a nuestro público o a nuestros clientes a largo plazo. Para ello compartimos nuestros siete compromisos que creemos son las siete claves principales para una comunicación responsable:
1. Apostar por la autenticidad para llegar al público y fidelizarlo con una estrategia a largo plazo. Lo que es de verdad perdura en el tiempo.
2. Contrastar la información y verificar los datos. No caer en la posverdad ni las fake news para conseguir un engañoso retorno.
3. Utilizar un lenguaje inclusivo, cuidado, respetuoso, global, libre de sesgos y estereotipos.
4. Ofrecer un trabajo de comunicación profesional, basado en la formación, la experiencia y la sensibilidad.
5. Tener siempre en cuenta el impacto en el entorno y en los grupos de interés a la hora de tomar decisiones. Poner a las personas en el centro, escuchar y ser flexible para adaptarse a sus necesidades.
6. Llevar a cabo una comunicación accesible que empatice con el público y permita establecer un diálogo que aporte información continua y genere feedback.
7. Fomentar la transparencia y el buen gobierno y aportar confianza y tranquilidad, especialmente en situaciones de crisis.
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